La memoria de cada uno de nosotros se forja en torno a los hitos urbanos que forman parte del entorno donde se desarrolla nuestra vida cotidiana. En Jumilla, el Jardín del Rey D. Pedro ha sido escenario de bailes, fiestas paseos y arrumacos de parejas de enamorados desde hace más de un siglo sembrando los recuerdos de todos los jumillanos.
Hoy cuando los jóvenes deambulan por el, seguramente no alcanzan a imaginar que este recinto hace años ofrecía otro aspecto, y esa fuente que ahora contemplan en su centro fue y es distinta en la memoria de juventud de sus padres. Estos últimos se sentirían más identificados con la siguiente imagen.
(Pinchar sobre la imagen para ver a mayor tamaño)[L. Canicio] |+| La fuente central del jardín Rey D. Pedro a mediados de la década de los 60.
Si el anterior escenario es difícil que sea identificado como propio por los jóvenes, mucho menos alcanzarían a imaginar que, en los últimos años del s. XIX en ese lugar destaco el famoso kiosco donde sus abuelos y bisabuelos iban a tomar un refresco, escuchar la música y ver las mozas engalanadas en una tarde de fiesta.
(Pinchar sobre la imagen para ver a mayor tamaño) [Baños] |+| El viejo kiosco que ocupaba el lugar central del jardín Rey D. Pedro en las primeras décadas del pasado siglo.
